Cuando la fruta alcanza su punto de madurez organoléptica (sabor, color, textura, olor, etc.) significa que tiene las propiedades adecuadas para que pueda ser consumida, pero al mismo tiempo significa que es más delicada y expuesta a daños por penetración de objetos, insectos, o por golpes sufridos durante procesos de embalaje o transporte. Establecer el grado de madurez es crucial entonces no solo para determinar cuándo cosechar, sino que también para monitorear la condición de la fruta durante todo el proceso de postcosecha.
Para medir la madurez de la fruta existen varias técnicas, sin embargo ninguna de ellas es por sí sola una respuesta absoluta y certera. Una de las formas más utilizadas es medir los sólidos solubles presentes en la fruta, es decir el porcentaje azúcar. Este indicador, sin embargo, puede resultar en muchos casos engañoso, ya que la presencia de azúcar en los frutos puede variar significativamente de un año a otro. Otra de las técnicas más aplicadas es la medición de la firmeza de la fruta, la que se realiza mediante el presionómetro o penetrómetro, cuyo objetivo es determinar la fuerza o presión que debemos ejercer para penetrar la fruta con el instrumento. Sin embargo este método debe complementarse con otros, ya que depende en buena medida de las características intrínsecas de cada fruto y variedad, siendo aún más difícil su aplicación en la postcosecha de frutas blandas.
Sabiendo que los productores frutícolas nacionales necesitan herramientas que les permitan aumentar su eficiencia y competitividad, Veto introduce al mercado chileno equipos para la medición de madurez de la fruta que aplican tecnología desarrollada recientemente. El medidor de madurez de fruta aplica un principio totalmente distinto a los conocidos hasta ahora: mide la presencia de clorofila en la cáscara del fruto, y para ello aplica el principio de absorbancia de luz en dos longitudes de onda diferente, luz que es absorbida por la clorofila. Como resultado de esta medición, se obtiene un índice de absorbancia o DA. En un fruto maduro, los niveles de clorofila son bajos, y en algunos casos simplemente no habrá presencia de ésta.
En consecuencia las lecturas realizadas con estos medidores deben ser lo más cercano a cero. Se trata por tanto de medidores que permiten conocer el estado de madurez de la fruta con una elevada exactitud, sin sufrir interferencias como el clima, factor que influye en otro tipo de medidas como el índice Brix (contenido de azúcar).
Otra de sus ventajas es que no es invasivo, no requiere penetrar ni dañar el fruto en forma alguna, siendo factible incluso realizar las mediciones sin extraer el fruto del árbol, dado que es además portátil tanto en terreno como en laboratorio. Combina además la simplicidad de su uso con la comodidad, ya que incorpora una tarjeta SD (que tiene una capacidad máxima de 2 GB) que le permite almacenar una gran cantidad de lecturas. Éstas se pueden traspasar fácilmente a un PC ya que incorpora un puerto USB.
Por otra parte, el índice DA (Índice de absorbancia) permite conocer la cantidad de clorofila presente en la fruta, niveles que disminuirán conforme avance el proceso de maduración. Para las variedades más populares se dispone de índices de referencia que se actualizan continuamente con los datos que se toman de nuevas variedades. El índice DA es diferente del índice sacarométrico y la medida de la dureza de la fruta, proporcionando una medida diferente que es esencial para una cosecha correcta.
Fuente: Mundoagro