El balance mineral es fundamental para la salud y el bienestar del ganado. Si un animal no recibe suficientes minerales en su dieta, puede sufrir problemas de salud que pueden afectar su crecimiento, reproducción y productividad.
Los minerales son esenciales para una variedad de procesos fisiológicos, como la formación de huesos, la función muscular y nerviosa, la producción de leche y la inmunidad.
Además, el exceso o deficiencia de minerales puede tener efectos negativos en el medio ambiente, como la contaminación del agua y el suelo. Por lo tanto, es importante que los ganaderos monitoreen y ajusten el equilibrio mineral para garantizar la salud y el bienestar de los animales, así como la sostenibilidad de su producción.
Los minerales más importantes en la alimentación de los bovinos incluyen calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, hierro, cobre, zinc, selenio y yodo. Los ganaderos deben asegurarse de que sus animales reciban cantidades adecuadas de cada uno para mantener un equilibrio mineral adecuado en la dieta.
Esto se puede lograr a través de la selección de alimentos ricos en minerales, la adición de suplementos minerales y la supervisión regular del estado de salud del ganado.
Los problemas del desequilibrio de minerales
Alejandro Ceballos Márquez, MVZ de la Universidad de Caldas y MSc en Salud Animal de la Universidad Austral de Chile, argumentó que la intensificación de los sistemas productivos ha ocasionado cambios en el equilibrio mineral de los forrajes que producen enfermedades metabólicas.
Según el experto, el exceso de fósforo (P) es uno de los factores predisponentes para la presentación de parálisis puerperal, pues interfiere en los mecanismos que regulan el balance de calcio (Ca). De igual modo, una presencia elevada de K induce a una menor absorción de minerales como Ca y magnesio (Mg).
Además, como el calcio participa en el mantenimiento de la tonicidad del útero, su disminución podría asociarse con patologías como distocias o retrasos en la involución uterina. Con respecto al Mg, Ceballos Márquez anotó que su déficit es el responsable de tetania de los pastos o tetania hipomagnesémica, produce reducción en el apetito, baja fermentación ruminal y anemia.
En su investigación realizada en lecherías especializadas en Antioquia y Caldas, encontró varios factores por una menor absorción de Mg entre los que están un aumento de de K en la dieta, la alta concentración de amoníaco en el rumen, la deficiencia de energía y el exceso de P.
Sumado a esto, una deficiencia de elementos menores genera alteraciones en la respuesta inmunológica del animal, cuando falta el suministro de cromo (Cr), cobalto (Co), cobre (Cu), selenio (Se) y zinc (Zn).
Por su parte, Alejandro R Castillo, PhD asesor emérito de granjas en Ciencia Láctea de la Universidad de California, explicó que debido a la falta de información las dietas son formuladas en exceso de los requerimientos animales y en muchos casos sin considerar el aporte de la dieta (forrajes y agua de bebida).
«Un excesivo consumo de minerales: (1) aumenta el costo de la dieta, (2) problemas de antagonismos, (3) toxicidad a los microorganismos del rumen y el animal, (4) salud de los consumidores (seguridad alimentaria), (5) mayor excreción de minerales en el estiércol», precisó.
A la hora de analizar los errores que se cometen en el manejo de la nutrición mineral, tanto a nivel de requerimientos como de balances, indicó que se deben en la leche, en el agua de la bebida y en la dieta. Si hay deficiencias en estos dos últimos, es necesario evaluar cómo incluirlos.
De otro lado, para hacer un diagnóstico del desequilibrio mineral, Ceballos anotó que se puede determinar mediante el conocimiento de información regional y la práctica de diferentes pruebas, cuyos resultados conducirán a diseñar medidas preventivas en relación a los desequilibrios.
Respecto a la información regional, precisó que se deben conocer los antecedentes donde está el predio que se deben complementar con análisis de concentración del mineral en tejidos o análisis foliares para conocer el consumo de forraje.
Fuente: www.agromeat.com