Durante mucho tiempo, el término Halal fue sinónimo casi exclusivo de carne procesada bajo estándares islámicos. Sin embargo, en los últimos años, este concepto ha evolucionado de manera significativa, abarcando ahora una diversidad creciente de productos no alimentarios que cumplen con los principios éticos y religiosos del islam. Cosméticos, productos de cuidado personal, medicamentos, suplementos nutricionales y textiles están siendo reformulados y certificados Halal para responder a una nueva demanda global consciente y transversal.
Este fenómeno no se limita a consumidores musulmanes. Cada vez más personas —independientemente de su fe— optan por productos Halal debido a su asociación con transparencia, trazabilidad, sostenibilidad, bienestar animal y calidad. En consecuencia, el mercado de productos Halal no alimentarios ha pasado de ser un nicho a convertirse en una categoría estratégica para la industria global, con proyecciones de crecimiento sostenido en las próximas décadas.
Factores que impulsan la expansión del mercado Halal no alimentario
El crecimiento de este segmento se debe a múltiples factores:
- Conciencia del consumidor: Las comunidades musulmanas exigen productos que no contengan ingredientes prohibidos, como alcohol, derivados del cerdo o ingredientes de origen animal no sacrificados según el rito islámico. Pero además, consumidores no musulmanes asocian el sello Halal a procesos limpios, éticos y sostenibles.
- Normativas y regulación: Mercados como Malasia, Indonesia, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita han fortalecido sus marcos regulatorios para exigir certificaciones Halal en medicamentos, cosméticos y suplementos, lo que obliga a las marcas globales a adaptar sus cadenas productivas.
- Apoyo institucional y certificación: La existencia de organismos certificadores acreditados ha permitido estandarizar los procesos y aumentar la confianza en la validez del sello Halal a nivel internacional.
Industrias clave: de la cosmética a la farmacéutica
1. Cosméticos y cuidado personal
Productos como cremas, lociones, champús, maquillaje, perfumes y desodorantes están en el centro de esta transformación. Para ser considerados Halal, deben evitar ingredientes como glicerina de origen animal, alcoholes etílicos, enzimas no permitidas o colorantes derivados de insectos.
Empresas multinacionales como Unilever, L’Oréal, Johnson & Johnson, Colgate-Palmolive y P&G han desarrollado líneas Halal exclusivas para mercados del sudeste asiático y Medio Oriente, incorporando ingredientes naturales, procesos limpios y certificación internacional.
2. Medicamentos y suplementos
En la industria farmacéutica, la certificación Halal implica desafíos técnicos y éticos complejos, ya que muchos medicamentos convencionales utilizan cápsulas de gelatina porcina, excipientes de origen no trazable o alcohol como solvente. Aun así, laboratorios están desarrollando alternativas basadas en gelatinas vegetales o bovinas Halal y reformulando productos para cumplir con la normativa.
El mercado de suplementos nutricionales, proteínas, vitaminas y nutracéuticos también experimenta un crecimiento acelerado, particularmente entre consumidores jóvenes y deportistas que buscan un equilibrio entre funcionalidad y valores éticos.
3. Textiles y productos de higiene
Incluso la industria textil se ha incorporado al universo Halal, asegurando procesos de producción libres de químicos tóxicos, enzimas animales o tintes derivados de insectos. De igual forma, productos de higiene femenina, pañales y materiales biomédicos están entrando en la conversación sobre estándares Halal, especialmente en mercados regulados.
América Latina: oportunidades en desarrollo
Aunque los países latinoamericanos han estado históricamente enfocados en la certificación Halal para alimentos —especialmente carne, productos lácteos y frutas—, empresas de sectores no alimentarios comienzan a explorar esta oportunidad comercial. Laboratorios cosméticos, farmacéuticos y de suplementos en Chile, Argentina, Colombia, México y Brasil han iniciado procesos de certificación Halal con la mirada puesta en exportaciones a Asia y Medio Oriente.
Entidades como ChileHalal y otros organismos de certificación regionales están desempeñando un papel clave en la formación, orientación y evaluación de estas empresas, conectándolas con los requisitos regulatorios de países importadores y acompañándolas en su transformación productiva.
Halal: un estándar global emergente
Más que una etiqueta religiosa, Halal se está consolidando como un estándar de producción responsable, con implicancias éticas, sanitarias y medioambientales. La expansión hacia sectores no alimentarios no solo diversifica la oferta global, sino que también plantea desafíos regulatorios, técnicos y de comunicación para las marcas que buscan ser parte de este ecosistema.
Con una población musulmana mundial proyectada en más de 2.200 millones de personas para 2030, y una tendencia de consumo ético que trasciende credos, el sello Halal está llamado a ser un nuevo estándar de calidad y confianza global.